Die Hard es una indiscutida obra maestra y uno de los máximos exponentes del cine de acción. No hay que ser un fanático del género para que te pueda encantar, solo hay que ser alguien que disfrute del buen cine. Su rotundo éxito logró que se crearán cuatro secuelas y se convirtiera merecidamente en una película de culto.

Bruce Willis brilló con luz propia y con ese papel se catapultó en la industria, aquel papel de policía badass lo interpretó a la perfección, siendo probablemente lo mejor de la película, opacando algunos detalles cinematográficos como los magníficos efectos visuales, sonoros y montaje.

Luego de su estreno se crearon muchas películas del mismo estilo pero ninguna pudo obtener el mismo impacto en el público y es que en verdad es imposible que aquellas impensadas escenas de persecución no puedan quedarse impregnadas en tu mente luego de su visionado.

No hay mejor definición de excelencia en una película de acción que a pesar que el espectador vea que un personaje se enfrenta solo a un grupo de terroristas, los derrota y salva a los rehenes; crea en lo que ve, viva la trama en primera persona y cada escena logre mantenerlo en suspenso.