El calor se manifiesta en las calles, la vestimenta, el sudor… La película, tan sencillamente presentada, se va adentrando poco a poco en el sinuoso camino del erotismo desmedido. Fuego interior que ni una bañera con hielo aplaca, ni dos cuerpos con suma elegancia dentro…

El fuego del principio de la película, al fondo, presentado tras esa música tan sensual de John Barry, es una metáfora de todo el calor que hay en cada fotograma. Sutileza que muestra esa escena del sombrero, reflejo en el cristal del coche.

"Cine negro" dice esa acepción filmafinítica, que yo no miré, porque no suelo leer nada de lo que va la película. Pero ustedes sí… Querrás dejar que vuelva a empezar la película y atar de nuevo cabos, mientras vuelves a escuchar esa conversación de nuevo…