Con Uwe Boll pasa lo de siempre. Le fallan los personajes (sobre todo un exceso de personajes secundarios) y la dirección (la cámara de allí para allá y demás).

Pero al César lo que es del César, sin analizar la psicología del protagonista, si que hay un cierto nivel de acierto a la hora de narrar y criticar ciertos aspectos de la sociedad actual.

El sistema médico, los problemas entre abogados, el dolor, el resentimiento...se muestra en su mayoría. De hecho son esas escenas (coño, Eric Roberts con unos diálogos PECULIARES por una vez en la historia) y el personaje de Erin Karpluk lo que gana enteros.

Pasada la hora, la cosa cambia a una venganza de tiroteos y disparos y se pierde. Es bastante MENOS INTERESANTE, pues eso está ya muy visto y la manera de filmación no es gran cosa (por no criticar el apartado interpretativo).

Se pierde aunque al final con Dominic Purcell y John Heard recupera.

Y no me entiendan mal, esto es rollo David VS Goliath, pero aquí soy capaz de entender los motivos de David y ver como todo en lo que confiaba se desmorona.

Y eso es BASTANTE MENOS COMÚN DE LO QUE CREEMOS.

Lo mejor: El abogado de Eric Roberts. El drama familiar.

Lo peor: Las reuniones de unos amigos a los que uno no entiende muy bien. Toda la acción.

Es lo que hay. Visionable, sobre todo los primeros cincuenta minutos.