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Voto de Ehavled Jef:
3
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6,9
2.235
Documental
Documental del director de la película Borat, e interpretado por el popular e ingenioso cómico norteamericano Bill Maher, que analiza en clave paródica el estado actual de la religión en el mundo. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2009
22 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Vaya pésimo filme sobre topicazos religiosos, con un Larry Charles dandóselas de gracioso, y lo que es peor de racional-científico! Larry Charles, sin saberlo, porque no tiene cultura crítica ni científica para saberlo, imita a varios científicos de las últimas décadas del siglo XIX, por ejemplo a Kart Vogt (1817-1895), a Ludwig Büchner (1824-1899) y a Ernst Haeckel (1834-1919), que se dedicaron a mofarse públicamente del fenómeno religioso, pero de manera necia, desmañada e inepta, sin aplicarle los mismos criterios de análisis y objetividad que ellos se supone emplearían ante cualquier otro material de estudio.
L. Charles monta su documental humorístico en base a coleccionar sólo tópicos negativos de la historia de las religiones, la cual como cualquier otra historia de cualquier otra materia o asignatura, tiene sus más y sus menos. Él como los citados darwinistas que se constituyeron a finales del s. XIX en fanáticos antirreligiosos, cuando habla de religión pierde toda perspectiva o ecuanimidad de talante precisamente científico. Su método, al igual que el de aquellos furibundos antirreligiosos, sobre todo de la religión judeocristiana, es presentar la fe religiosa de la manera más simplista posible, lanzando por ejemplo, glamurosas carcajadas contra el mito de Adán y Eva, el Arca de Noé o el sacrificio de Abraham, como si estos constituyeran un impedimento real al avance científico.
Muchos que van de racionales y más científicos que nadie, cuando vuelven su atención hacia la religión, son propensos a apartarse de la precisión que caracteriza sus análisis de la ciencia; de ahí que su crítica resulte pobre, cogida con alfileres de generalizaciones desmedidas, lo cual demuestra lo poco que saben del Hecho Religioso-Antropológico-Histórico y Social, cuando lo abordan.
Una vez más queda evidenciado con este documental chapucero sobre el fenómeno humano-religioso, que algunos que van por la contemporaneidad de "ateos o agnósticos racionales", cuando hablan de la ciencia son muy cuidadosos, metódicos y reverentes, pero cuando hablan de religión no saben usar ninguna de esas cualidades y entonces sólo dejan entreven que el auténtico contenido de sus exposiciones no es más que la animadversión e incapacidad de empatía (ponerse en el lugar del otro) que padecen ante una profundidad fenomenológica que desconocen y de la que se ríen como necios: grandilocuentemente.
(...sigue...)
L. Charles monta su documental humorístico en base a coleccionar sólo tópicos negativos de la historia de las religiones, la cual como cualquier otra historia de cualquier otra materia o asignatura, tiene sus más y sus menos. Él como los citados darwinistas que se constituyeron a finales del s. XIX en fanáticos antirreligiosos, cuando habla de religión pierde toda perspectiva o ecuanimidad de talante precisamente científico. Su método, al igual que el de aquellos furibundos antirreligiosos, sobre todo de la religión judeocristiana, es presentar la fe religiosa de la manera más simplista posible, lanzando por ejemplo, glamurosas carcajadas contra el mito de Adán y Eva, el Arca de Noé o el sacrificio de Abraham, como si estos constituyeran un impedimento real al avance científico.
Muchos que van de racionales y más científicos que nadie, cuando vuelven su atención hacia la religión, son propensos a apartarse de la precisión que caracteriza sus análisis de la ciencia; de ahí que su crítica resulte pobre, cogida con alfileres de generalizaciones desmedidas, lo cual demuestra lo poco que saben del Hecho Religioso-Antropológico-Histórico y Social, cuando lo abordan.
Una vez más queda evidenciado con este documental chapucero sobre el fenómeno humano-religioso, que algunos que van por la contemporaneidad de "ateos o agnósticos racionales", cuando hablan de la ciencia son muy cuidadosos, metódicos y reverentes, pero cuando hablan de religión no saben usar ninguna de esas cualidades y entonces sólo dejan entreven que el auténtico contenido de sus exposiciones no es más que la animadversión e incapacidad de empatía (ponerse en el lugar del otro) que padecen ante una profundidad fenomenológica que desconocen y de la que se ríen como necios: grandilocuentemente.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los ateos proselitistas no ejemplifican cuando se meten en harinas religiosas la precisión, la objetividad y el examen imparcial de las pruebas que son características del racionalismo científico que ellos glorifican. No obstante, sus diatribas y su humorismo suele atraer a mucha gente, dado que al fin y al cabo hay que reconocer que entresacan aspectos bastante risibles de la religión y sobremanera de los sinvergüenzas "religiosos" que se aprovechan de la religión o de los crédulos elevados al infantilismo que se creen y tragan todo lo que les echan "religiosamente" hablando (como si fuesen gallinas de corral, en lugar de seres humanos con capacidad de raciocinio).
El ateísmo es todavía una pasión minoritaria en el mundo, pero quienes alimentan dudas subterráneas (a río revuelto ganancia de pescadores de tercera categoría) encuentran en estas críticas burlonas un sustituto catártico.
Al hacer de “Dios” una verdad puramente teórica, alcanzable únicamente por el intelecto racional y científico, sin ritual, oración ni compromiso ético, estos críticos antirreligiosos de poca monta racional y menos metodología científica, resultan super-graciosos para los ignorantes que desconocen exactamente igual que ellos las profundidades y trascendencias del HECHO RELIGIOSO, impronta del Homo Sapiens que existe y va aunada a nuestra especie desde hace aproximadamente unos 200.000 años. Tienen tan poca comprensión de la antropología y de la cultura que no saben que el deseo de cultivar el sentido de lo trascendente (fenómeno religioso o religión) es una característica que define lo humano.
Fej Delvahe
El ateísmo es todavía una pasión minoritaria en el mundo, pero quienes alimentan dudas subterráneas (a río revuelto ganancia de pescadores de tercera categoría) encuentran en estas críticas burlonas un sustituto catártico.
Al hacer de “Dios” una verdad puramente teórica, alcanzable únicamente por el intelecto racional y científico, sin ritual, oración ni compromiso ético, estos críticos antirreligiosos de poca monta racional y menos metodología científica, resultan super-graciosos para los ignorantes que desconocen exactamente igual que ellos las profundidades y trascendencias del HECHO RELIGIOSO, impronta del Homo Sapiens que existe y va aunada a nuestra especie desde hace aproximadamente unos 200.000 años. Tienen tan poca comprensión de la antropología y de la cultura que no saben que el deseo de cultivar el sentido de lo trascendente (fenómeno religioso o religión) es una característica que define lo humano.
Fej Delvahe