No es este PERCY JACKSON Y EL LADRÓN DEL RAYO, ni mucho menos, el culmen en cine de aventuras. Pero que duda cabe que sus dos horas de metraje se pasan como un suspiro, tras un no parar de batallas espectaculares entre semidioses como Percy (Perceo en los mitos literarios) y fascinantes criaturas mitológicas, que aunque tratadas con más humor de lo habitual (impagable ver a Uma Thurman encarnando a una desenfada Medusa con vaqueros y gafas de sol de última generacion), no caen en ningún momento en lo ridículo o absurdo. Hay que abrirse de miras y visualizar esta película como una de antiguos dioses griegos integrados en pleno siglo XXI, que las pasarán canutas al enfrentarse a dos adolescentes aspirantes a dioses y a un sátiro que protagoniza los momentos más divertidos del metraje. Aún no he visto FURIA DE TITANES, pero si lo paso tan explosivamente bien como con P. J. y compañía, como mínimo le colocaré un merecido (como en este caso) notable.

- Lo mejor: todo lo referente al apartado técnico, espectacular. Y, por supuesto, que no aburre en ningún momento.

- Lo peor: con un poco más de garra y tensión, ya hubiera sido como llegar al Olimpo en plena orgía de dioses.

P.D.: es una pena que no se rodara antes o a la par que las películas del niño mago (Harry Potter... para los menos avispados) que tan rica han hecho a J.K. Rowlings (autora de los libros en que se basan las pelis... para los menos avispados), ya que ha llegado en el momento equivocado (es la única explicación que se me ocurre para su desangelado recorrido comercial). Y es que en muchos aspectos supera a las dos primeras entregas de la saga en cuestión, cuyo director fue el mismo Chris Columbus (he aquí la máxima que de los errores se aprende).