Tiene un aura decadente de tensión paulatina. Se adentra en el horror sectario creando un drama sobrenatural que se agiganta con el paso de los minutos. Llega a sorprender por la contundencia de algunos momentos gores que tampoco esperaba. Su naturalidad está radicalizada en una oscuridad latente que nunca pierde fuerza. Me ha sido difícil quitar los ojos de la pantalla en este ejercicio sorpresivo de una entidad maléfica.