Para ver cualquier obra del director danés hay que asumir en primer lugar su falta de convencionalismo, su enorme ego, sus tics y sus manías, pero ante todo hay que rendirse ante su distinción y categoría. Una vez sabido a que te enfrentas ya no te sorprenderá, por ejemplo, ver al director soltando un monologo al final de cada episodio de la serie con las explicaciones de cada capitulo y sus correspondientes conclusiones.

Tras un inquietante y confuso prologo comienza la serie, está ambientada en un hospital de alta tecnología emplazado en una zona dónde siglos atrás solo había pantanos. Con un comienzo irregular y poco atractivo, la serie va cogiendo fuerza conforme avanza la historia, una de las bazas que tiene es la sensación de estar viendo algo diferente con los elementos de siempre, un poco de terror, algunas dosis de humor, mucho misterio y el toque especial del excéntrico danés.

No estamos ante la típica serie de hospitales americana ni mucho menos, ni ante una españolada de culebrones al estilo hospital central, aquí predomina el famoso dogma caracterizado por la cámara en mano y la falta de elementos artificiales propia del cine, salvo el asfixiante tono rojizo que envuelve cada fotograma y por supuesto los FX que aparecen puntualmente. También podemos apreciar la influencia de aquella genial serie “Twin Peaks” de Lynch, que arrasaba por aquel entonces.

Todos los personajes van acompañados de atrayentes subtramas pero la trama principal la protagoniza una anciana, La Sra. Drusse, muy metida en el espiritismo y conocedora de sus secretos y entresijos, con ayuda de su hijo celador y simulando una enfermedad para permanecer en el centro, tratará de resolver los misterios del hospital y de liberar el fantasma atormentado de una niña con la cual ha establecido contacto, descubrirá los oscuros secretos que se esconden tras las paredes de “El reino”.

Otro personaje importante es el doctor Helmer, de origen sueco, un arrogante cascarrabias que llega al hospital avalado por su supuesto prestigio e impecable currículo para acabar cometiendo terribles negligencias, además siente un terrible odio por todo lo danés, lo que le provoca un estado de irritación permanente.

“Riget” puede ser una agradable alternativa para mentes inquietas, con muchas partes innecesarias y aburridas y con otras simplemente geniales, ¿Serie de culto?... Tal vez contenga muchos elementos de distinción pero no me atrevería a catalogarla como de culto, eso lo dejo a la libre elección de cada uno, desde luego no es una de mis favoritas pero he disfrutado con ella y me ha parecido sobresaliente, no se la recomendaría a cualquier persona.