He visto… Romeo+Julieta De William Shakespeare, y me ha gustado la experiencia.

Había hecho dos tentativas de verla antes de esta, sin haber visto más allá de unos instantes. La última de ellas, el que se hablara en verso, casi, y el que se mezclara con apariencias “actuales” de bandas callejeras, me desconcertó un poco, y me hizo pensar que debería esperar a un momento adecuado para estar más abierto a la propuesta.

Ahora que la he visto, tomo conciencia de que en realidad, aunque al principio choque un tanto, no me ha molestado ni distraído. Al contrario, he disfrutado, en ese sentido, si no toda la película, si en algunos momentos. Y me ha parecido una apuesta interesante y arriesgada, digna de verse.

El caso es que valoro la experiencia como positiva, pero mi sorpresa ha sido que lo que no me ha gustado es la historia que cuentan. De hecho, todos los personajes me han tirado para atrás. La única excepción ha sido Julieta… Y también se lleva lo suyo.

Conocía la historia de antes, aunque no recuerdo haberla leído. Pero la historia de los amantes de Verona, hijos de dos familias rivales, que se enamoran, y acaban muriendo víctimas de las circunstancias, es algo que creo conocer desde siempre.

Pero mi sorpresa es que el personaje de Romeo me echa un montón para atrás. Yo no sabía que la historia comenzaba con él desviviéndose de amor por otra, en un amor imposible. Que el chaval, no sé si será un picaflores, pero apunta maneras. Eso sí, una versión apasionada de picaflores.

Los padres me caen mal, como todos aquellos poderosos que viven condicionando la vida de los demás a sus propias aspiraciones y antojos.

Los matones a sus órdenes tampoco me gustan. Gente que mira primero por ellos y luego también, y que son capaces de montarla en cualquier sitio, sin que nada les importe que terceros paguen como víctimas de sus excesos y desconsideraciones.

Ni el cura se salva. El capullo es capaz de sacrificar a dos jóvenes apoyándolos en su locura, apostando por un bien mayor. Vamos, que los utiliza para conseguir sus propios fines, en vez de anteponerles a ellos. Menudo cura.

Romeo tampoco me gusta. Yo esperaba una historia de amor apasionado, sí, pero entre dos personas que se aman de verdad. Personas que, aunque de familias rivales, se conocieran desde su infancia y se amaran de verdad, con ese amor que te hace poner al otro siempre por delante, y que te proporciona felicidad por la felicidad que ves en tu pareja.

Pero es que, tal que lo cuentan en la película, toda la historia se desarrolla en tres días. ¡Que no se han conocido y ya se han suicidado! Aquí, en el País Vasco, tardas más tiempo en conseguir el teléfono de la persona que te gusta para poder llamarle y quedar a tomar algo… y ellos ya han hecho lo que se tarda media vida.

Y si Romeo partiese de cero… Pero es que estaba enamorado hasta las trancas de otra. ¡Menudas trancas las de este chaval! Y eso que soy consciente de que es una historia del tipo y de la época que es, pero… Como que no me cuadra.

Lo puedo ver mejor en Julieta, que al fin y al cabo es una chica adolescente que se enamora perdidamente. Descerebrados ha habido siempre, pero al menos parte de cero y no como el otro, que va de amor profundo a amor profundo como un chiquitero que cambia de bar para tomar otro chiquito. En fin.

Pues, haciendo recapitulación, la película me ha gustado porque me ha parecido una apuesta valiente, que me ha proporcionado momentos que me han hecho disfrutar. Pero queda afeada por la historia que cuentan, que no hay por dónde pillarla. ¿Amor? Julieta quizá… Romeo me ha parecido un capulleto integral, en vez de Montesco. Y los personajes no me gustan. Todo ello influye en mi valoración hacia abajo. Pero es una película que me ha aportado y me ha gustado ver.

Se va a llevar un 6 por el conjunto. Me ha fallado lo esencial… la historia de base. Pero ha tenido momentos que he disfrutado de 7 o de 8.

Ha sido un placer ver a una Claire Danes con 16 o 17 años. DiCaprio, con unos 22 años, también está bien. Me gusta ver a actores que están consolidados en sus principios… y ver lo buenos que eran ya entonces.