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Voto de SBarrettt:
6
6,9
1.469
Drama. Romance
La cantante de ópera Mary Blake (Jeanette MacDonald) huye de la miseria y busca cobijo en Blackie Norton (Clark Gable), un empresario de San Francisco que le proporciona trabajo. Inevitablemente, surge una estrecha relación entre ambos que es desaprobada por el sacerdote Mullin (Spencer Tracy). Mientras tanto, nos aproximamos a la fatídica fecha del 18 de abril de 1906, cuando un terremoto arrasó la ciudad y provocó más de 3.000 muertos. (FILMAFFINITY) [+]
20 de abril de 2009
14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gustaría dar algún consejo, para el correcto visionado de esta cinta, a modo de útiles, que lo pueden ser para tal menester:
1. Taponcillos para los oídos. Van muy bien de gel o espuma.
2. Al menos 2 y no más de 5 palitos de regaliz, si si, del duro.
3. Una cuerda de no menos de 3 metros de longitud y de grosor consistente.
4. Una tableta de paracetamol, ibuprofeno, similar.
5. Un buen whisky escocés añejo.
Durante los primeros 25 minutos de película es poco menos que insoportable el ruido general, pero sin duda lo peligroso es oír cantar a Jeanette MacDonald, puede provocar perforación severa de ambos tímpanos, por lo que es aconsejable el uso de tapones.
También durante esta parte, y más adelante aún, será útil mascar o morder con avidez los palitos de regaliz, para evitar así crujir nuestras madíbulas cada vez que el guaperas empalagoso interpretado por el amigo Clark (poco pene) Gable nos pone es carita de galán repelente.
1. Taponcillos para los oídos. Van muy bien de gel o espuma.
2. Al menos 2 y no más de 5 palitos de regaliz, si si, del duro.
3. Una cuerda de no menos de 3 metros de longitud y de grosor consistente.
4. Una tableta de paracetamol, ibuprofeno, similar.
5. Un buen whisky escocés añejo.
Durante los primeros 25 minutos de película es poco menos que insoportable el ruido general, pero sin duda lo peligroso es oír cantar a Jeanette MacDonald, puede provocar perforación severa de ambos tímpanos, por lo que es aconsejable el uso de tapones.
También durante esta parte, y más adelante aún, será útil mascar o morder con avidez los palitos de regaliz, para evitar así crujir nuestras madíbulas cada vez que el guaperas empalagoso interpretado por el amigo Clark (poco pene) Gable nos pone es carita de galán repelente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Durante los siguientes 60 minutos podremos disfrutar del whisky mientras observamos la indecisión de la protagonista, y la encarnizada lucha de poder, entre el Robin Hood de los mafiosillos, y el Corleone de los aristócratas, por la muchacha y por el respeto de la comunidad. Al mismo tiempo los amantes de la ópera la disfrutarán en compañia de un buen escocés mientras que los detractores deberán volver a colocarse a ratitos los tapones. En caso de que hayan tomado holgura, vicio, se pueden usar las pastillas de paracetamol, etc.
Es a falta de 30 minutos cuando, continuando con el whisky por supuesto, se produce el segundo terremoto (si vemos como primero la lucha de titanes, o la "caída" del Paraiso). A partir de aqui uno disfruta de los efectos especiales de 1936, de la destreza del director que sutilmente no muestra una ciudad en ruinas y una población desesperada primero, solidaria y organizada después, y agradecida y esperanzada por último.
Llegados al final, en que el amigo Clark se arrodilla y reza, es cuando ataremos la cuerda a un extremo a la barandilla de la terraza de nuestro piso, en su defecto, a un mueble pesado del interior de la vivienda, con el otro extremo haremos una soga que nos pondremos al cuello y saltaremos al vacío. Esto siempre es recomendado para los agnósticos mas enfervorecidos, yo me puse otro whisky.
Es a falta de 30 minutos cuando, continuando con el whisky por supuesto, se produce el segundo terremoto (si vemos como primero la lucha de titanes, o la "caída" del Paraiso). A partir de aqui uno disfruta de los efectos especiales de 1936, de la destreza del director que sutilmente no muestra una ciudad en ruinas y una población desesperada primero, solidaria y organizada después, y agradecida y esperanzada por último.
Llegados al final, en que el amigo Clark se arrodilla y reza, es cuando ataremos la cuerda a un extremo a la barandilla de la terraza de nuestro piso, en su defecto, a un mueble pesado del interior de la vivienda, con el otro extremo haremos una soga que nos pondremos al cuello y saltaremos al vacío. Esto siempre es recomendado para los agnósticos mas enfervorecidos, yo me puse otro whisky.