Clásico de andar por casa de la ciencia-ficción, bastante sobrevalorado por la nostalgia que siente el espectador que creció con cintas semejantes cuando sólo existían uno o dos canales de televisión. De todos modos no le restemos méritos a esa sensación de anhelo y morriña que nos producen ciertas obras.

La cinta no es en absoluto el disparate al que nos acostumbraron por aquella los directores que se atrevieron con el género, aún así cualquier físico, matemático, astronauta, ingeniero, piloto de Iberia, biólogo, modista, etc., comprobará de primera mano lo mal que envejecen la casi totalidad de historias que se aventuraron a predecir el futuro del hombre el día de mañana, excepto 2001, que merece aún más mérito en cada cumpleaños.

A pesar de estar más cerca del cómic desmelenado que del rigor científico, consigue mantener la trama y el misterio hasta sus últimos minutos y lo hace sin mostrar las cartas, sin ser del todo previsible, mientras nos presentan varios artilugios y alguna que otra descomunal obra sobrehumana de dudosa procedencia y rentabilidad.

En cualquier caso a los fans del género les encantará y al resto ni fú ni fá.

Mi recomendación es véala.