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España España · Madrid
Voto de Juanma:
5
Comedia Un grupo de estrafalarios pasajeros viaja de Madrid a Ciudad de México en un avión cuya tripulación es absolutamente esperpéntica. Durante el vuelo, una grave avería hace que los pasajeros de clase business, al verse inevitablemente al borde de la muerte, se sientan inclinados a revelar los asuntos más íntimos de su vida. Todo ello desembocará en una comedia caótica y disparatada. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si de una superproducción hollywoodiense de catástrofes propia de los setenta se tratara (sin ir más lejos, por ejemplo, Airport (Aeropuerto) (1970), de George Seaton), Pedro Almodóvar ha reunido a un mastodóntico reparto de estrellas para su última película, Los amantes pasajeros. Y aunque los mete a todos (o a casi todos) en un avión con problemas para aterrizar, sus similitudes con aquél subgénero tan de moda en los setenta acaban ahí, pues mientras en aquellas producciones uno era capaz de aguantar el habitual cruce de historias de personajes más o menos esquemáticos y meramente funcionales hasta la llegada pletórica de las publicitadas secuencias de catástrofes (daba igual si era un terremoto, un volcán en erupción o un incendio en un rascacielos) en las que los equipos de efectos especiales ponían toda la carne en el asador, en la última cinta de Almodóvar el reclamo es el (también muy publicitado) número musical de los tres azafatos protagonistas al ritmo del vertiginoso "I'm So Excited" de las Pointer Sisters. He ahí la gran traba que podría extenderse al grueso del metraje de Los amantes pasajeros: igual que los conflictos (siempre cogidos con pinzas y resueltos de manera superficial) que vivían los repartos corales de las superproducciones de Hollywood servían de excusa para "entretener" al respetable mientras se desarrollaba la trama principal acerca de la inminente catástrofe, la que justificaba toda la puesta en pie de la película, en Los amantes pasajeros no hay una trama principal que justifique este "montaje", lo que convierte a la cinta en una sucesión de gags (mayoritariamente verbales) que finalmente hacen gracia por acumulación, pero que no sostienen por sí solos la película.
A Almodóvar le ha salido, valorándola dentro de su obra, su película más gamberra, bestia, desenfadada y despreocupada (en el contenido, que no en la forma) en años. Pero, juzgándola a través de la consideración de "autor" de la que ya goza el manchego en la cinematografía patria, Los amantes pasajeros resulta escatológica, soez, infantil y ridícula. Esta (esperada) vuelta a la comedia del realizador peca de absurda e incongruente, primero porque el humor usado en los diálogos y en las situaciones remite a un Almodóvar que el actual director está ya muy lejos de ser. Que en pleno auge de la Movida de los 80, el personaje de Olvido Gara "Alaska" le meara literalmente en la cara al de Eva Siva en Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) era incluso razonable dadas las circunstancias de emancipación y liberación transgresora que vivía el país (y también su joven realizador), pero que habiendo llovido como lo ha hecho desde entonces, que la práctica totalidad del reparto de Los amantes pasajeros se pongan a follar en pleno avión en una 'casi' orgía, es prácticamente de vergüenza ajena y más habiendo el autor hecho madurar en el espectador su propia concepción del amor y, sobre todo, el sexo a través de sus películas de los últimos años. Y segundo, y todavía mucho más cabreante, es que habiendo obtenido la calma y solidez que ha venido demostrando en sus últimos títulos en su labor como guionista, es de cárcel el que el mayor y más sangrante fallo de Los amantes pasajeros nazca precisamente de un guión mal hilado, donde la historia de base ni siquiera llega a aspirar ser un macguffin perfecto para permitir el avance de los personajes, entre otras cosas porque la trama principal (las complicaciones técnicas de un avión impiden su aterrizaje y obligan al mismo a dar vueltas todo el rato hasta localizar una pista idónea) no interesa, no engancha, ni siquiera al mismo autor, más interesado en dar cancha a los estelares cameos de Antonio Banderas y Penélope Cruz que en explotar como merecía el nacimiento del conflicto principal y, por supuesto, obvia por completo las posibilidades cómicas de semejante punto de partida en favor de una colección de sketches conectados entre sí por el fino alambre de la "casualidad" y no de la "causalidad", protagonizados por una estrambótica galería de personajes, donde ni ellos ni los conflictos que les acompañan resultan verdaderamente creíbles sobre el papel (ni siquiera valorándolos dentro del personal universo del realizador), aunque el mencionado elenco de campanillas se entregue entusiasta a aportarles el alma que Almodóvar no ha sabido depositarles.
(Continúa en "spoiler" por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juanma
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