...y habrán adivinado que al final de ese coro se pronuncia la palabra BAAAAAAZOFIAAA. Sí, una bazofia de proporciones bíblicas. De todos sus defectos, quizá el menos perpetrado conscientemente haya sido su lentitud. Sesenta y pico minutos de metraje y nada que la haga especialmente atractiva (aparte de su protagonista, ay omá y esas cosas). Con menos metraje y menos rollito de medio pelo habría sido una secuela digna, sobre todo teniendo en cuenta a su antecesora. En fin, que uno se pone Torrente por eso de salvar la noche, ya que se ha puesto chusca.