Nos encontramos ante una película con un argumento bastante habitual, es decir, de cómo una persona recatada empieza a salir del "cascarón" y a ver la vida real. En este caso quien sale del cascarón es una joven monja interpretada exquisitamente por Sophie Quinton.
El principal aspecto positivo de esta película es que, extráñamente, te mantiene pegado a la pantalla, digo extrañamente porque todo aquel que entre al cine y vea el percal ya se imagina más o menos como acabará él filme...
Y hablando de como acaba "Avril", pues un suspenso para el director ya que sin duda ha intentado salirse de los cánones establecidos dando una última e ingénua vuelta de tuerca a una película que hubiera terminado mejor 5 minutos antes.
Una recomendación a quienes la vean es que no se la tomen al pie de la letra sino como un cuento o relato de ficción, debido a ciertas incoherencias del guión y hechos acelerados o exagerados, como el rápido paso del recato al libertinaje en apenas 10 días...

En resumidas cuentas, si vas a verla no te la tomes muy en serio pero déjate llevar por la variedad de situaciones, la bonita fotografía, las geniales interpretaciones y el espíritu que invade la cinta de que... ¡¡nunca es tarde para conseguir algo!!