La he tenido que votar con un seis porque es algo repetitiva como cinta de acción y de corrupción, pero si no le pondría un ocho o un nueve. El director David Ayer nos demuestra otro estilo de Corrupción policíaca, desde el punto de vista de un Agente (Reeves) que es acusado de un crimen que no cometió, luego descubre que todos sus compañeros de trabajo eran corruptos, incriminaron contra él, y ahora quieren matarlo. Una historia muy buena y muy entretenida gracias al papelón de Keanu Reeves, uno de mis actores favoritos, y a la actuación como segundo protagonista de Chris Evans. La pequeña intervención como secundario de Hugh Laurie hace que la película enganche más, y que nos haga mantenernos en el asiento sin poder dejar de verla.
Sin duda, un gran trabajo de este director que no deberían perderse.