Grandioso y espectacular demostración de efectos la que presenta el ingenioso Del Toro en su último proyecto. Seguramente atraído por el universo kaiju, el director pone toda su experiencia al servicio de una película tan ingeniosa como inverosímil, lo que la convierte en un capricho que llevarse a la boca.

"Pacific Rim" no escatima en gastos (como se diría en "Parque Jurásico") y presenta una batería de bestias cada una superior a la interior para delicia de los que son, también los que no son, conocedores y fans del fenómeno japonés. Las características y diseños de los monstruos son un alarde de imaginación tremendos, y deben sen vistos como un gigante que disfrutar, dejando a un lado los prejuicios contra los kaijus.

Pero la película no solo vive de efectos digitales, luchas entre gigantes y explosiones varias. Su atractiva historia y la espectacularidad de su acción son reclamos más que suficientes como para ser mucho más que un simple blockbuster veraniego. El espectador tiene facilidad para quedarse mirando casi con la boca abierta.

Muy buena factura y un reparto muy acertado para una película que también tiene sus momentos para la épica, el patriotismo y hasta algunas gotas de humor, pero que sobre todo tiene en su grandilocuencia su filón más explotable, y la verdad es que lo hace de maravilla.