Como diría el más purista del género, una historia romántica puede tener lugar casi en cualquier lugar, sin importar las circunstancias ni el momento en el que se encuadre. “La montaña entre nosotros” utiliza esta idea para presentar a dos personas en una situación límite en la que deberán sobrevivir sea como sea en la cima de una montaña totalmente nevada. Sin embargo ese “sea como sea” es absolutamente literal, porque problemas, lo que se dice problemas, apenas hay. La película olvida el centenar de circunstancias adversas a las que podrían enfrentarse los protagonistas para desarrollar esta romántica historia de superación y desafío.

No hay duda de que dotar de veracidad al argumento no es el propósito de una ligera película que pretende conmocionar con un accidente de avioneta bastante discreto y que no es más que una excusa para que dos personas diametralmente diferentes se vean obligadas a convivir en un agreste paisaje. Una película que hubiera sido mucho más interesante de haber introducido a ese bello paisaje como un personaje más de la trama. Tras colocar la trama en esa montaña tan nevada, el guion se olvida de lo complicado del lugar y presenta una colección de fotografías espectaculares a la vez que tranquilas.

Abu-Assad se aprovecha de este estupendo trabajo fotográfico para ubicar la historia de amor. La pareja protagonista, lastrada física pero sobre todo emocionalmente, aprende a sobrevivir apoyándose el uno en el otro sin que el espectador perciba algún peligro externo que pueda enturbiar la situación. Ambos personajes están interpretados por unos convincentes aunque algo rutinarios Winslet y Alba. En su trabajo se basa el éxito o fracaso de la historia y para ello ambos ponen todo de su parte, pero debido a la fragilidad de la idea no terminan de conectar con el público.

Sin embargo ambos son lo más destacable de una película que dispone de un epílogo intentando subrayar el drama y hacerlo más importante, pero que no aporta nada nuevo y que resulta mucho menos intenso de lo que seguramente los guionistas pensaron cuando lo escribieron.