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España España · Madrid
Voto de Moody:
5
Comedia. Romance Un grupo de supervivientes de los campos de concentración nazis se asocian para montar un pequeño negocio de venta de ropa de cama, producto que por lo visto está muy demandado entre los alemanes, quienes además sienten la suficiente culpa como para no cerrar la puerta a un grupo de vendedores judíos. La idea es, por supuesto, reunir el dinero suficiente para irse de Alemania a los Estados Unidos. El simpático grupo, contagiado de la ... [+]
11 de marzo de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mirada diferente sobre el Holocausto es lo que propone “Bye bye Germany”, una película que se ambienta un poco después de la II Guera Mundial para narrar la picaresca de un grupo de judíos vendiendo ropa de cama a las familias alemanas. Una argumento lejos de la dureza de los campos de concentración, que es sobre lo que se suele escribir.

A esta simpática historia le falta la crudeza de los hechos anteriores a pesar de que queda bastante claro en qué momento se encuentran los personajes, pero su necesidad se hace virtud para saber salir adelante. Ante el deseo de los protagonistas de un futuro lejos de la precariedad presente, “Bye bye Germany” huye de convencionalismos y narra una historia en la que las técnicas de venta de los protagonistas son lo relevante sin hacer mención a la guerra.

De una manera distendida, la película se adentra en la posición de esos judíos supervivientes al Holocausto, en su manera de relacionarse y de sobrevivir en un lugar en el que eran mirados de forma rara. De hecho la película tiene una subtrama en la que el protagonista es investigado precisamente por ser sospechoso que haya salido indemne, algo que puede tratarse de manera cómica, pero siempre con ese punto ácido que tiene la amargura de haber vivido esa experiencia.

La ironía es la verdadera protagonista de una película que parece no tomarse muy en serio a sí misma con esos chistes, parodias y sobre todo cuando los actores van a las casas con esas revolucionarias técnicas de marketing (ojo que en “Two much” Banderas intentaba algo parecido…), pero que tiene un fondo absolutamente inevitable que sirve como contraste de la historia principal. Ambos puntos de vista juntos funcionan convirtiendo a “By bye Germany” en una película que no pretende trascender pero que resulta entretenida.
Moody
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