“High Life, es un thriller de ciencia ficción que habla sobre la soledad, el amor (en gran parte sexo) y la redención.
En una nave espacial viajan un grupo de prisioneros, hombres y mujeres que forman parte de un experimento a manos de la Dra. Dibs (Juliette Binoche) que se encarga de conseguir fetos saludables para el parto donde los hombres forman parte del plan donando su esperma. Se podría decir que estamos frente a una especie de Dra. Mengele del espacio exterior.
Monte (Robert Pattinson), forma parte del experimento y junto a él viaja Willow (Jessie Ross), su hija fruto de la inseminación de la prisionera Boyse.
La película está llena de escenas subidas de tono, en especial la cabina “Fuckbox” que utiliza la Dra. Dibs. digna de toda una “Emanuelle”.
Nos encontramos a un Robert Pattinson, lejos del mundo vampírico y más calladito que nunca porque la película es de un aburrimiento supino. Llena de escenas de silencios alargados hasta el infinito que bordan el tedio más absoluto. Por gusto cronometre una de estas escenas y en una de ellas el silencio duró más de 5 minutos. Pero no es la única ya que toda ella está cargada de estas escenas donde los actores no dicen ´ni papa´.
Ya en su día Stanley Kubrick fue venerado por su “2001, una odisea del espacio” otra oda al tostón galáctico.
No me extraña que durante el Festival de Toronto gran parte del público abandonara la sala debido a lo desagradable y provocativa que es visualmente.
En fin, hay gusto para todo y para los adoradores de Kubrick y su 2001 se les caerá la baba con la cinta de Claire Denis y disfrutaran como enanos.