Película que para estar interpretadas por dos cabeza huecas como Van Damme y Dolph Lundgren no está del todo mal y puede que sea la mejor que hayan hecho. Ambos han participado en películas a porrillo. En el caso de Van Damme y cribando mucho podríamos salvar Blanco Humano (1993) o Timecop (1994) y ninguna son una maravilla. Y en el de Dolph Lundgren con aprobado raspado me quedaría con Rocky IV (1985) y Little Tokyo:Ataque Frontal (1991).
Dirigida por Roland Emmerich antes de dedicarse a los Blockbuster más palomiteros con el ansia de destrozar ciudades como Independence Day (1996), Godzilla (1998) o El Día de Mañana (2004) nos dedico esta historia de ciencia ficción futurista con una acción y un ritmo trepidante.
El director alemán siempre ha dirigido más cuidando el aspecto técnico que al valor que se le pueda sacar al guion o desarrollo de los personajes de sus películas.
Luc Deveraux (Van Damme) y Andrew Scott (Lundgren) son dos soldados muertos y resucitados al servicio del gobierno por un programa de crionización. En vida eran enemigos y devueltos a la vida siguen las rencillas. Muchos la han comparado a Terminator salvando las distancias.
Sin llegar a la calidad que alcanzó la de James Cameron, nos encontramos con una película de acción vibrante, con buenos efectos especiales y con unas escenas de lucha bastante bien resueltas. Con el tiempo tuvo varias secuelas, todas muy inferiores a ésta y en todas participó Van Damme.
Podríamos apuntar que el público femenino contará con el favor de poder visionar una escena de Van Damme con desnudo integral que recordarán con mucha nostalgia ya que en aquella época el actor belga lucía buen cuerpo.