Oliver Stone adapta una novela de Don Winslow al cine, con su buena dosis de violencia, algun que otro toque gracioso, el sexo y algo de gore. La película, a pesar de su larga duración, no me ha parecido pesada, pero sí interesante de visionar. Mejor que su anterior film, la secuela de Wall Street. A los fans de Stone yo creo que no les decepcionará, y a los demás van a pasar más de dos horas de lo más disfrutables. El reparto me ha gustado, encabezado por un trío de jóvenes actores: Taylor Kitsch (el recordado Tim Riggins de la serie Friday Night Lights), Aaron Johnson (Kick Ass) y Blake Lively (Serena Van Der Woodsen en Gossip Girl de The CW), que tienen que vérselas con un cártel de la droga mejicano capitaneado por una mala Salma Hayek y un bicho como es Benicio del Toro. John Travolta también pulula por aquí como alguien importante de la D.E.A. que se ve involucrado entre los chavales y los malos malosos. Un film con dos finales diferentes, no recuerdo haber visto nunca algo así, pero no me ha disgustado.
Eso sí, yo le hubiera dado un tercer final para el personaje de Del Toro.