Robert Rodriguez lo vuelve a hacer. Un cine de baja calidad, de sangre y disparos, de personajes de mala estirpe y de una condición moral pésima... pero a pesar de todo sigue siendo un cine que se disfruta. Es cierto que no es cine del bueno, el cine de "Oscar", el gran cine que todos conocemos y adoramos, pero aún así, para mi, Robert Rodriguez hace "buen cine malo", y Machete es eso. Me gusta el carácter que este director da a los personajes femeninos. Sí es verdad que claramente cumplen un papel de fantasía erótico-festiva frente al gran público masculino heterosexual que va a disfrutar de sus películas, pero a su vez les imprime, como ya he mencionado, un carácter duro, un carácter que se sale de los estereotipos de mujeres amantes de los héroes y de los chicos malos, que quedan relegadas a un segundo plano. Aquí no. Aquí los personajes de Lindsay Lohan, Jessica Alba y Michelle Rodriguez los tienen bien puestos, y sacan fuerzas de flaqueza para imponerse ante todo.
Me parece también importante resaltar el trasfondo con el que ha contado Robert Rodriguez para esta película como es el político en temas de inmigración, un tema tan serio en un entorno de cachondeo absoluto, exagerando la situación real (o no tanto... hay mucho desalmado suelto) y, arriesgándome a repetirme, tan políticamente incorrecto (o apolíticamente correcto que me gusta decir también).
Resumiendo, Machete es una película de acción incorrecta, absurda y totalmente freak, pero con la que disfruté como nunca y, a pesar de todo, su calidad es indiscutible, porque al no buscar reconocimiento, sino únicamente con el próposito de entretener y hacer reir, se consiguen grandes películas. Por cierto, no lo había dicho, pero Danny Trejo está muy grande en su papel y, en general, los papeles masculinos son, y perdón por la expresión, cojonudos.