Aquí tendrán al corazón y los sentimientos recibiendo un golpe bajo, duro y amargo en una película absolutamente notable. Aunque el argumento gira en torno a los refugiados (especialmente a los sirios) en Europa, el verdadero tema aquí es la frialdad y el desprecio con que el sistema en el llamado primer mundo y gran parte de su sociedad tratan a los perseguidos, a los de etnia no caucásica, a los menesterosos y a los débiles.

Con un guión sencillamente perfecto, el director finlandés Aki Kaurismaki nos patea en el bajo vientre sin discursos panfletarios ni planteos éticos; es más una de las cosas más interesantes de este film es la parquedad de palabras y un paradójico tono que roza la comedia para presentarnos situaciones y personajes absolutamente insólitos. Brutalidad, incomprensión, violencia pero también ramalazos de solidaridad, amistad y refugio otorgado.

La banda sonora no tiene una partitura específica, pero está compuesta por extraordinarias canciones interpretadas por conjuntos callejeros con unos textos acordes al drama que se relata. "Para los refugiados cruzar las fronteras es fácil porque no nos miran: somos invisibles", esta es una de las tantas perlitas que un personaje deja como al pasar en un interrogatorio frente a las autoridades inmigratorias.

La primera escena que debe durar menos de 2 minutos, en la que un personaje toma una determinación frente a otro personaje sin mediar una sola palabra, y la última que cierra la película con una duración de apenas 40 segundos, son en sí mismas ejemplos magistrales de lo que un guión debe registrar cinematográficamente. Si en tu ciudad se está proyectando esta película es un deber pagar el precio de una entrada o alquilar el DVD —si ya estuviere disponible— para disfrutar de un filme memorable y recomendado con todo mi corazón. El cine finlandés también existe aunque los distribuidores uruguayos no se hayan enterado.