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Voto de merzbild1a:
10
6,5
1.845
Intriga
Elizabeth Lipp y su amante Walter Harper se alían para realizar un robo extraordinario: llevarse del museo de Topkapi, en Estambul, una daga de incalculable valor. Cuentan con la ayuda de varios compinches que idean un plan para entrar en el museo sin ser vistos, cosa que sólo se puede hacer a través de la cúpula del edificio. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2005
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fantástico film sobre ladrones de guante blanco. Soberbia interpretación de un muy elegante- por no decir "dandy"- Max Schell, que da una lección acerca de cómo interpretar sólo con un gesto, sin palabras. La Mercouri, en su línea, desbordante de sensualidad griega -que casi dan ganas de dejar a la novia por ella-. Peter Ustinov, a pesar de recibir el Oscar por su interpretación, no es el que más me impresionó, quizá porque estoy/estamos muy acostrumbrados a sus excelentes interpretaciones.
La historia es una delicia narrativa y un claro ejemplo de que la linealidad a la hora de contar algo no es sinónimo de aburrimiento. Esto no son "Los diez mandamientos".
La historia es una delicia narrativa y un claro ejemplo de que la linealidad a la hora de contar algo no es sinónimo de aburrimiento. Esto no son "Los diez mandamientos".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Destaco las siguientes escenas:
1) Cuando el elegante Walter (Schell) camina camina por la ribera del Sena parisino y se encuentra con Elisabeth (Mercouri).
2) Cuando la pareja principal (Schell y Mercouri) acuden al fabricante de juguetes inglés, encargado de descubrir el sistema de alarma del Museo Topkapi.
3) El interrogatorio a Ustinov.
4) La visita a los museos: el espectador se convierte en visitante virtual del mismo museo.
5)El robo y todas sus secuencias. El robo se convierte en una obra de arte: tanto es así que yo, por ver la Gumía del sultán no pagaría ni un duro, pero si unos tipos hicieran un performance cada 10 minutos en ese mismo museo representando el robo de la gumía, exactamente como lo hacen Schell, Ustinov y compañía, pagaría por verlo una y otra vez.
Las imágenes pertenecen a un cine que ya no se hace. El espectador puede estar seguro de que se trata de un tipo de arte que ha desaparecido del planeta.
1) Cuando el elegante Walter (Schell) camina camina por la ribera del Sena parisino y se encuentra con Elisabeth (Mercouri).
2) Cuando la pareja principal (Schell y Mercouri) acuden al fabricante de juguetes inglés, encargado de descubrir el sistema de alarma del Museo Topkapi.
3) El interrogatorio a Ustinov.
4) La visita a los museos: el espectador se convierte en visitante virtual del mismo museo.
5)El robo y todas sus secuencias. El robo se convierte en una obra de arte: tanto es así que yo, por ver la Gumía del sultán no pagaría ni un duro, pero si unos tipos hicieran un performance cada 10 minutos en ese mismo museo representando el robo de la gumía, exactamente como lo hacen Schell, Ustinov y compañía, pagaría por verlo una y otra vez.
Las imágenes pertenecen a un cine que ya no se hace. El espectador puede estar seguro de que se trata de un tipo de arte que ha desaparecido del planeta.