Vamos por partes. ¿Entonces todo esto terminó siendo algo vano o irreal? Hay que admitir que es una película engañosa que nos hace creer sus pretensiones sobre encaminarse hacia un punto cuando en realidad va por otro destino.
Supongamos que ponemos en una licuadora a una familia. Ésta se reúne en una casa para pasar una excelente Navidad, aparece la clásica tía con una conducta insoportable acompañando a unos primos insoportables que se la pasan peleando por cuestiones poco interesantes. También añadamos a la abuela donde más adelante nos muestra el guionista su necesaria aparición por una historia relacionada a los eventos posteriores. Pero al momento de encender la licuadora, ésta nunca nos dice que la mezcla va a tener un sabor asqueroso. ¿Por qué sucederá esto? Abrimos la tapa de la misma y al servir en unos vasos para degustar del licuado lo aventamos inmediatamente. ¿Será que nunca nos percatamos de ese famoso sabor a jengibre que arruinó todo? ¿O esos muñecos que se convierten tipo "Toy Story" aterrador creando pánico entre los integrantes de la familia?
Se supone que debieron buscar otra manera de enseñar a la audiencia el contraste de Santa Claus. Ese personaje del folclore de países alpinos tiene una intención muy firme donde castiga a los niños malos durante la etapa navideña mientras que Papá Noel premia a los niños buenos.
Recordemos que el tiempo es muy preciado como para desperdiciarlo así, mejor tomemos un libro o sigamos buscando más películas en el catálogo para poder saborear esos maravillosos momentos de un domingo en la tarde - noche.