Llevo un tiempo deseando escribir una crítica de esta obra de arte, pero siempre me veo retenida por las palabras. Porque cuando trato de describirla, me quedo sin adjetivos para ello.
Toy Story 3, representa aquello que deberían ser todas y cada una de las películas Disney, tiene aquello que le falta a tantas, y que en su momento tuvieron algunas como El Rey Leon: Magia. Verdadera Magia 'Disney' como la llaman algunos.
He visto muchas películas de Disney, podría decir que casi todas las de los noventa y más allá. Algunas me hacen reír, otras llorar, pero hasta ahora, hasta el estreno de Toy Story 3, ninguna aparte del Rey Leon me había estremecido así. Eso es lo que le falta al imperio de la animación ahora, y que de verdad espero que alguien vuelva a encontrar a algún día.

Toy Story 3 es una película impecable. Si bien la pefección no existe, unos simples muñecos de plástico la rozan y con creces. La trama es solida, firme, no tiene agujeros ni cabos sueltos. Los personajes son tan carismáticos como en otras entregas, o más, y tienen una fuerza arrolladora. Tiene escenas verdaderamente memorables, como los últimos diez, quince minutos, el Sr. Tortita, o tantas más. En una hora y algo más tiene comedia, acción, romance (Oh, ese Buzz), misterio, cantidades industriales de suspense y esa magia, que rebosa en todas partes.

Técnicamente hablando, la calidad es impecable. Me asombra hasta que punto ha llegado la animación hoy en día, y no dejo de maravillarme con lo real que parece la película. Solo por eso se merece un diez.

¡Y oh, Buzz andaluz, siempre estarás en mi corazón...!