Era un día de calor; me desperté con esa sensación desagradable del que ha dormido pocas horas la noche anterior. Aún con el sabor de los Doritos en mi boca.

Una vez más fallé en mi objetivo de irme a dormir a las 22h en lugar de a las 5 de la madrugada.

¿Qué hice durante mi aventura nocturna? Jugar al Fortnite, pero me tocaron muchos mancos y algún que otro cheeto. Así que dejé de jugar pronto.

Revisando el catálogo de Prime Vídeo en busca de algo que visualizar, me topé con este documental: Rubius X.

El título era sugerente. Desde luego. ¿Me atrevería a pasar la última frontera? ¿Y si era Nopor qué podía perder?

Yo siempre he querido ser como mi héroe. Hasta subí un canal de Youtube donde colgaba mis partidas. Sin embargo, el record de visitas conseguidas fue 19. Ni siquiera 20. Lo intenté, dios sabe que lo intenté, pero por alguna razón mi canal no creció y terminé dejándolo a las 2 semanas.

Pero seguía teniendo esa espinita clavada. Sé que aún tengo mucho que ofrecer a la comunidad. Al fin y al cabo soy un joven de 43 años. Sé que hay esperanzas de convertirme en el nuevo Chokas y salir de casa de mis padres y por fin huir de la mirada de decepción de papá con la que me obsequia las contadas ocasiones que salgo de mi habitación. Él nunca ha entendido mis sueños.

Anyway. El documental del Rubius me permitiría poder aprender sus secretos más profundos sobre cómo reaching the top, como lograr al éxito. Así que, raudo y veloz, di click al video y abrí un blog de notas de Windows para tomar apuntes.

Lamentablemente no aprendí demasiado. El documental consiste en ElRubius recibiendo elogios por parte de unas sanguijuelas a las que llama amigos. Pero todos saben que el Rubius no les aprecia en absoluto. Que son su séquito de aduladores y poco más. Si se le muere uno, se compra otro y listos.

Cosas que me impactaron: el look de el Rubius. Ojalá yo tuviera pelo para poder ponerme ese rubio pollo tan llamativo y gustarle a las adolescentes. Pero la genética ha sido cruel conmigo.

Honestamente, no lo vi al completo, pues fui saltado cada 10 segundos para ver si soltaba alguna de las claves de su éxito. Lamentablemente todo resultó demasiado genérico y vago. Tanto es así, que presté casi más atención a mi otra pestaña del Chrome con hentai de waifus que al mismo documental.

Y sin embargo, este documental es determinantemente humanista. ya que, si un youtuber rico entendió el valor de la vida humana, quizás nosotros también podamos.