Me ha gustado. Es una imaginativa y compleja mezcla de Mazinger Z e Ingmar Bergman en la que se confronta la naturaleza humana con la súper tecnología, y que se resuelve trágicamente. Detrás de corporaciones misteriosas que dominan el mundo con fines incomprensibles, luchas por el poder con tramas en las que nunca llegas a ver la verdad, personajes complicados dados a la traición, romances imposibles dentro de una infelicidad generalizada y esos monstruos sobrehumanos que luchan entre sí, está la psicología de unos críos que anhelan los afectos más elementales y que introspectivamente buscan respuestas. Resulta curiosa la constante alusión a las cruces, símbolo del cristianismo, que se basa en el sacrificio del inocente y el perdón, entre otras cosas. Es evidente que detrás de todo esto ha habido un gran trabajo para un resultado excelente.