Los girasoles ciegos de José Luis Cuerda, es un drama basado en la guerra civil española. Dirigido con un ritmo calmado y tranquilo, y con un estilo íntimo y subjetivo, es admirable y espléndida por estar bien confeccionada en una buena labor cinematográfica. Realizada de forma provocadora y soberbia, tiene un resultado intachable y magistral que cautiva y absorbe de manera notable al público en general.
La fotografía, es naturista y evocadora, con imágenes sensacionales y bellas que son estéticamente confortantes y maravillosas. La música, es emotiva y melódica, con sonidos tristes y nostálgicos que son hermosos y tranquilizadores, cumpliendo su cometido de conmover y agradar en un sentimental acompañamiento que es muy propio para la trama. Y los planos y movimientos de cámara, usa con sobriedad los generales, primeros planos, detalle y reconocimiento en un trabajo formal y apropiado.
Las actuaciones, son auténticas y verosímiles. Con Maribel Verdú remarcable y comedida, Javier Cámara con hundimiento psicológico en un buen papel y Raúl Arévalo persuasivo y convincente. Siendo estupendos los acompañamientos de Irene Escolar, Martiño Rivas, José Ángel Egido, Roger Princep y Patrick Criado. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones alusivos y bien elaborados, al igual que unos notables decorados que completan una magnífica dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director junto con Rafael Azcona, está basado en la novela de Alberto Méndez, y es incitador y profundo en una historia desgarradora y conmovedora que absorbe por su realismo y desesperanza, siendo por tanto penetrante y excepcional para el espectador. Y lo lleva a cabo con una narrativa que es académica y equilibrada, además de sugerente e impecable, en una amable pero contenida labor verbal que deja clara la supresión que sufrían los que no estaban de acuerdo con el régimen de España.
En definitiva, la considero una obra indispensable y esencial en el drama basado en la guerra civil española, y que es llevado con profundidad y pesimismo en lo que tristemente fue una realidad hace no demasiados años. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de Los girasoles ciegos, un film excepcional y verosímil, que merece la pena ser visto por el público en general, seguidores del director y buscadores de dramas desgarradores y verosímiles.