Gente corriente de Robert Redford, es un drama familiar de gran talla ganadora del oscar a la mejor película. Dirigida con un ritmo gradual y moderado, y con un estilo íntimo y subjetivo, es una obra personal y un melodrama único, ya que está confeccionado con el objeto de conmover y provocar al público con una historia tan verosímil y absorbente que deja mella en el espectador. Realizada de forma magistral e incitadora, tiene un resultado excepcional y emotivo que es aconsejable descubrir.
La fotografía, es estéticamente decorativa y eficiente, con imágenes cualificadas y lumínicas que confortan en una agraciada y alusiva labor. La música, es conocida en sus sonidos dulces y emotivos que acompañan la trama con armonías espléndidas y bellas, que gustan por su majestuosidad y encanto cautivador. Y los planos y movimientos de cámara, utiliza el avanti, primeros planos, subjetivos, seguimiento, detalle y reconocimiento en un trabajo elegante y cuidado pero sin florituras.
Las actuaciones, son admirables y remarcables, siendo el principal fuerte del film. Con Timothy Hutton deslumbrante en un papel con hundimiento psicológico, Donald Sutherland notable y señalado, Mary Tyler Moore fría e insensible, Judd Hirsch sincero y convincente y Elizabeth Mcgovern ingenua e inocente entre otros. Empleando para estos, unos vestuarios sugerentes y elegantes, en una formal labor artística que marca hábilmente la alta clase social de los protagonistas.
El guion, es conmovedor y absorbente, por tener una trama penetrante y verosímil, que arrolla al público al ser estremecedora y espeluznante en una historia sencilla pero con un resultado excelente y soberbio, realizando un gran trabajo de principio a fin. Que es llevado a cabo con una narrativa insidiosa y profunda, mostrando el desequilibrio del protagonista y dejando clara la personalidad de cada uno de los personajes. Y destacando la producción del montaje, que hace uso del flash-back imaginativo para explicar lo sucedido poco a poco y poner en situación al espectador.
Concluyendo, la considero una obra inolvidable e imprescindible en el séptimo arte, con el oscar a la mejor película que atestigua que es un film emotivo y arrebatador, al mostrar los sentimientos de como su propio nombre indica, Gente corriente pero necesitada de algo más que atención. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, música, montaje y narrativa que vuelven a esta cinta, en una película aconsejable para los buscadores de dramas familiares sin igual.