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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Acción. Intriga. Thriller Un hombre amnésico es rescatado por la tripulación de un barco pesquero italiano cuando flota a la deriva en el mar. No lleva nada consigo. Sólo las balas que lleva clavadas en la espalda y un número de cuenta de un banco suizo que lleva adherido a la cadera. Carece de identidad y de pasado, pero posee unas serie de talentos extraordinarios en artes lingüísticas, marciales y de autodefensa que sugieren una profesión de riesgo. Confuso y ... [+]
24 de julio de 2010
18 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
La estilización del héroe siempre ha sido objeto de estudio. Véase aquellos instantes de ese más que entretenido documental llamado “Bigger, Stronger, Faster*”. Cierto es que esa imagen final del héroe americano se encamina directamente a Stallone y Schwarzenegger. Bond creado en los años 50 siempre ha sido un galán y casanova que entonaba el subconsciente masculino de héroe varonil, pasional e inmortal. Los ochenta fueron de John McClane pero si en el documental de Chris Bell describía al G.I. Joe como un héroe ‘hormonado’ y extra-corpóreo a principios de los noventa esa imagen parece quedar desmitificada por el esteroide y el declive de iconos sin sucesores directos. Fin de una era que queda patente en la reciente “G.I. Joe: The Rise of Cobra”. El músculo parece únicamente viable para la WWF y poco más.

El ‘nuevo’ contemporáneo viene de la mano de Ethan Hunt, del James Bond de Daniel Craig y de Jason Bourne. Pero aquí hay una contradicción, la inicial trilogía sobre Jason Bourne salida de la pluma de Robert Ludlum data de la década de los ochenta...
¿Y por qué Matt Damon? Sí, Matt Damon (repítase como su homónimo en “Team America”) no encajaba como un espía hasta que se puso en la piel de ese héroe (y asesino) sin memoria que acaba siendo una bomba de relojería para sus propios creadores.

“El caso Bourne” es la única de la trilogía no dirigida por Paul Greengrass. Liman parecía apuntar alto después de “Swingers” y “Viviendo sin límites” y confirmando ese potencial palomitero en “El caso Bourne”. “Sr. y Sra. Smith” y “Jumper” le ha situado en una posición comprometida y encasillado en un género. Aquí crea un nuevo mito dentro del héroe de acción contemporáneo: las distancias cortas son lo suyo en esas coreografías en las secuencias de acción y deja en manos de Franka Potente el consorte sexual. Internacional por localizaciones y pasajes desgarrados y urbanos, de despachos y calles que podrían ser la nuestra, parecen ser los nuevos escenarios desde donde se dirigen las operaciones hacía su inmediato efecto. Títeres y marioneta en manos de mensajes SMS y órdenes de matar a objetivos con fotos en correo electrónico vigilados por redes internacionales de cámaras. Bienvenidos a la acción contemporánea, donde cerebro y músculos quedan distanciados a miles de kilómetros por órdenes y contraórdenes, donde las corporaciones son los gobiernos más poderosos, donde los villanos están escondidos en las mismas trincheras y donde el héroe oscurece sus pretensiones conforme descubre su pasado y donde el montaje sesgado y alterno ofrece nuevas posibilidades al género.

Las líneas del pasado erigen un documento futuro y venidero. Líquido amniótico previo al nacimiento en forma de un cuerpo flotante en medio del mar. Truenos y contracciones. Relámpagos y respiración entrecortada. Comienza a cobrar forma una parto de una trilogía condenada al éxito, a ser un blockbuster para el recuerdo.
Maldito Bastardo
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