El protagonista, Yusuke Urameshi, es un joven un tanto ultra-violento y padece de una estética de videojuego a lo “Double Dragon”: la calle y el instituto que frecuenta se ha convertido en una batalla diaria a puñetazos. El joven problemático, al que todos temen en el instituto, salva a un niño a cambio de su vida de ser atropellado. 156 peleas perdidas y un empate con los rivales parecía un hándicap prometedor hasta que en el mundo espiritual se percatan que no era el momento de morir de Yusuke. El Señor Koenma, el ‘hombre’ al cargo, parece Pocoyo y la muerte o parca la prima-hermana ‘managinzada’ de “Nicky, la aprendiz de bruja”. Todo un acercamiento a la temática adolescente como público que le hizo ganar enteros y reputación, figurando entre las series favoritas de anime de un gran número de otakus.

Los episodios de la serie conservan el formato de alargar hasta el letargo el manga de Yoshihiro Togashi. Cuarenta episodios aquí y ochenta allí para formar nuevas metas y niveles, fuerzas y elevaciones de poder muy en la onda de “Dragon Ball”. Lo bueno de “Yu Yu Hakusho” es que acaba pronto: son 112 episodios (con dos OVA y dos películas de regalo) frente a los más de 500 que componían todo el arsenal X y GT de Goku y enemigos. Los anti-fans dragonballeros no tendrán demasiada excusa para basarse en la auto-repetición de elementos aunque es cierto que todo aquí se repite.

Historia de amor, historia fantasmal en los primeros episodios, mucho poder espiritual pero menos espíritu aunque tiene cierto encanto. Digamos que la serie, una vez resuelto el rollo fantasmal, se inicia la serie con algunas misiones y después un campeonato en Isla Cuelgacuellos, donde se van cerca de cuarenta episodios (un tercio de la serie). Hay campeonatos de demonios, monstruos y mortales con poderes, niveles y ultra-niveles, enemigos más poderosos, nuevos mundos y entrenamientos contra-reloj para salvar el mundo muy en la onda de la serie de Toriyama, así que aquellos a los que nos gustó “Dragon Ball” nos agradará las aventuras de Yusuke Urameshi.