Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Thriller. Drama Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
4 de septiembre de 2011
124 de 178 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Almodóvar permite al espectador cambiar y mutar su propia piel a convicción, distinción y predisposición. La epidermis en la que se mueve es tan fina y sensible que puede producir sopor, dolor, indiferencia o absoluto placer a discreción.
No hay que engañarse tampoco: no es una nueva piel del cineasta ya que vuelve a vestirse sobre membranas que habitaban en sus cintas anteriores. No faltan sus continuados deslices, sus desvaríos y mezcolanza en cuanto al género, referencias y los detalles y recursos del guión que pondrán la piel de gallina a sus detractores e incluso a bastantes de sus seguidores. Pero por encima de todo habita el melodrama aldomovariano tradicional que empapa de sangre vital todas las pieles que la componen.

Si en “Los abrazos rotos” el mosaico quedaba dibujado en esas fotografías partidas, desgarradas y destrozadas en cuerpo y alma, invitando a componer el puzle que formaban, aquí los retales de tela succionados por un aspirador nos dan respuestas aunque no conozcamos realmente las preguntas. Porque “La piel que habito” forma una película con un primer acto oculto y velado en el interior de unos torturados personajes. Unas breves imágenes residuales en un televisor dan completa forma a la historia: un guepardo devorando a una pequeña gacela ante la impotencia de los vencidos y el yoga como salvación interior mediante la calma y paciencia ante la destrucción exterior.

Sus saltos temporales tan marcados como cortes de bisturí y su historia sin retorno, irreversible como la piel y con un inclasificable cruce de venganzas kafkianas, hacen de la “La piel que habito” una película sobre el cuerpo y el alma en su distinción sobre el individuo. Desde la nueva carne Cronenberg, pasando por “El rostro ajeno” de Teshigahara, a los “Ojos sin rostro” sin Franju, desde Buñuel pasando por el giallo… el filme de Almodóvar hará que algunos no paren de buscar entre sus latentes cicatrices, que atan cada una de las pieles con las que se disfraza, y otros nos perderemos en las distancia para disfrutar del cuerpo que compone la película. Una película que realmente empieza a sentirse en la propia piel cuando acaba “La piel que habito”.
Maldito Bastardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow