Me gustaría empezar diciendo que el ritmo de esta película al contrario de lo que la mayoría diga a mí me pareció maravilloso. Lo disfrute y la película se me pasó extremadamente rápida porque la historia me absorbió, esto no significa que el montaje sea perfecto y que no haya escenas que por momentos entorpezcan el ritmo (que si las hay), pero dejando eso de lado, creo que Ad Astra es una delicia técnica que va más allá de lo visual o lo sonoro sino que también trasciende a lo espiritual, a la meca del ser humano que es el hogar, la pertenencia, la fe y el amor para los que te rodean y es que esta es una película que no se complica demasiado al transmitir mensajes sobre los ciclos tóxicos y los traumas de la vida generados por una relación de padre e hijo, al contrario captura rápidamente la escencia de estos conflictos y con ayuda de la Voz en off (que a veces se vuelve demasiado explicativa), te translada a la mente del protagonista y ahí eres capaz de ver sus miedos, inseguridades, sus tristezas y lo que le da fuerza para continuar.

Esta es una de las películas espaciales más humanas e íntimas hechas en la última década. Aquí los efectos especiales y las secuencias de acción con visuales grandilocuentes están en segundo plano porque la película y su director entienden que ella en realidad no es una aventura o un viaje espacial sinó un viaje espiritual que explora al protagonista y su legado, como hombre, como persona y como un miembro de la raza humana.

Ahora... hay muchas fallas técnicas en el guión y estan mayormente asociadas con cosas que pasan en el espacio que se resuelven de forma bastante cuestionable y hasta un poco predecibles. El guión necesita que pasen ciertas cosas, para generar tensión y para llamar la atención de los espectadores con algun conflicto superficial de vez en vez y bueno... No es del todo convicente a la hora de resolverlos, pero diría que los conflictos reales, emocionales y no violentos tapan muchas imperfecciones.

Amó está película y James Gray hizo un gran trabajo.