Hijos de los hombres toca el nervio óptico hasta el punto de aterrorizar con sus imágenes. El tratamiento visual es tal, que hasta las gotas de sangre entran por la cámara.
Por momentos pensé que yo estaba allí filmando la película.
¿Ciencia Ficción? Ojalá que solo sea eso. Caos, horror, terror, violencia, desesperación… la humedad que se respira en el ambiente te hiela la sangre.
Desde luego que desde México esta llegando un nuevo cine crudo y real, en el sentido que se hace palpable cuando lo visualizas. Yo me pregunto ¿es casualidad? ¿Tiene que ver con México?
Aristóteles decía que la Tragedia Griega, tras la catarsis, era purificadora de los espíritus. Pero, también sé, que en cierto modo somos lo que vemos y aprendemos. Espero que llegado el caso prevalezca el espíritu sobre la tragedia, porque es lo único que puede salvar a los “Hijos de las Personas” (ya va siendo hora que dejemos de emplear el término genérico hombre, cuando existe otro igual o mejor que es mujer).