La 3ª parte de la entrega Toy Story está al nivel de sus predecesoras, algo que viene a ser muy difícil. Es quizás la saga, ya no solo de animación, en la que las tres partes mantienen un nivel tan alto.

Toy Story supuso la novedad de ver dibujos hechos a ordenador. Ahora la tecnología ha evolucionado notablemente desde aquel año 1995 pero no solo de efectos radica el éxito de la obra de Pixar.

Toy Story nos cautiva desde el lado humano de los personajes y de la historia. En 1995 yo era un niño de 11 años cuando iba a verla al cine por primera vez con mi abuela. Hoy 15 años después he crecido a la vez que el niño de la película (Andy) y los juguetes de entonces están almacenados en cajas debajo de la cama o en lo alto de los armarios pero aun conservo con cariño aquellos juguetes con los que crecí y mis muñecos favoritos con los que jugué porque nunca se deja de ser niño y la nostalgia de este niño grande que soy y somos muchos de nosotros hoy en día permanece intacta.

Toy Story 3 es un cúmulo de sensaciones. Ha crecido con su público y los que eran niños en la primera parte son ya jovenes adultos que han seguido el mismo camino que Andy.

Aparte de lo que ya supone este fin en lo emocional, Toy Story 3 está lleno de nuevos "sketches" llenos de humor y acción (más que en las dos anteriores con creces). Lleva un ritmo trepidante y la originalidad de la historia sigue siendo asombrosa. El momento Ken-Barbie pasará a la historia de la animación. Woody y Buzz y algunos secundarios como el cerdo y los marcianos del gancho son brutales así como los nuevos personajes que aparecen en la entrega.

Toy Story 3 pasará a ser obra de culto en lo que animación se refiere.