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España España · Oviedo
Voto de Gould:
9
Drama Un par de chiquillos, hermanos, se pelean a menudo entre sí por ver quién de los dos lleva la comida a su padre al trabajo... Se hallan totalmente integrados en una pandilla de niños de su edad. Pero su mundo feliz e inocente se derrumba cuando el padre es acusado de malversación de fondos por un vecino y es enviado a la cárcel... (FILMAFFINITY)
4 de enero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hiroshi Shimizu fue un prolífico director japonés –sólo en 1937, año de producción de esta peli, dirigió otras tres- uno de cuyos temas favoritos era el mundo de los niños, habitualmente expuesto sin moralinas adultas, como si compartiese sus secretos mundos de fantasía y crueldad, surrealismo y sensibilidad desbordadas. Sampei es un niño impulsivo pero sensible, muy diferente a su hermano, más comedido y serio, a los que un supuesto fraude del padre en el trabajo introduce en una realidad completamente diferente. Historia de rasgos dickensianos, rodada con sencilla, parca, casi ascética sensibilidad en la que Shimizu muestra, a través de toda una serie de microescenas unidas mediante fundidos, este mundo infantil de querellas sin rencor, discusiones, sueños, pequeños dramas e incontenible alegría, inmune al desánimo. Para Shimizu los niños son seres más fuertes que los adultos y mucho más complejos que ellos, mezcla de misterio e irreverencia. Shimizu es igualmente capaz de mostrar con extremada brillantez el tiempo lento de la infancia, donde la soledad y la ausencia también tienen lugar y me gustan mucho las escenas nocturnas en la casa familiar donde el mundo de los adultos está separado del de los niños por una cortina casi trasparente, metáfora de estos dos mundos, el de los adultos y el de los niños, manejados por reglas y rituales diferentes. Excelente película.
Gould
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