Si nos atenemos a la definición de Tesis como disertación escrita que presenta a la universidad el aspirante al título de doctor en una facultad, se puede decir que Amenábar aprobó su tesis con sobresaliente y se doctoró en dirección cinematográfica.
Los medios eran los que eran y el presupuesto era el que era y con ellos, Amenábar hizo una maravilla como jamás volvió a repetir. Enfrascado posteriormente en proyectos megalómanos y, en algunas ocasiones, demasiado pretenciosos, en Tesis nos dejó una muestra de que, cuando se quiere, se puede hacer muy buen cine.
La cámara, como aquellas que graban las atrocidades que dan pie al argumento, persigue en todo momento a la protagonista y nosotros sentimos, como Ángela, que no tenemos ni un sólo segundo de respiro.
El casting demostró con el tiempo que fue muy acertado, convirtiéndose los dos protagonistas masculinos en habituales del cine español.
Una de las películas más revolucionarias del cine español que sorprendió a propios y extraños llevándose un chorro de Goyas el año que los estudios se habían gastado un dineral (entiéndase en términos de cine español) en producciones como El perro del hortelano o Más allá del jardín.