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Voto de Archilupo:
8
6,6
20.740
Intriga. Drama
Georges es el típico burgués: presenta un programa literario en televisión y lleva una vida acomodada con su mujer y su hijo adolescente. Pero, de repente, empieza a recibir unos paquetes anónimos que contienen cintas de vídeo, grabadas desde la calle, y unos dibujos inquietantes cuyo significado es un misterio. No sabe quién se los envía; pero las secuencias que aparecen en las cintas son cada vez más personales, lo que parece indicar ... [+]
21 de septiembre de 2008
116 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Para provocar al espectador, cambiarle de sitio y en cierto modo interpelarlo, Haneke procede al enfriamiento glacial de la acción.
Durante los largos ratos de cámara quieta no sucede nada visible, pero se fragua tensamente una amenaza.
A la triunfante vida del protagonista llegan dibujos sangrientos y videos, cada vez más alusivos a comprometedores episodios de esa vida. Episodios pertenecientes a un pasado oculto, escondido.
El desarrollo del argumento es muy escueto, sin música y con pocas palabras. Los abundantes silencios crean un abismo, a llenar de suposiciones.
La información se dosifica con astucia; los acontecimientos se presentan con cálculo.
Algunos de los acontecimientos consisten en cintas de video, que el espectador conoce directamente e intenta encajar en alguna parte, lanzando hipótesis en busca de un sentido plausible.
Cuando en una escena que ni de lejos parece la del “The End” aparecen los rótulos, una mínima expresión de créditos, pequeñas letras blancas que descienden despacio y anuncian que el final ha llegado, el espectador se vuelca en un vértigo de mil conjeturas, intentando cerrar tantas incógnitas.
Hasta ahí, todo podía ser: apertura e intriga totales. A partir de ahí, comienzan las cábalas nerviosas, especulativas.
2. El relato funde lo individual y lo colectivo al trenzar un pasado personal culpable, sobrevenido como un callado maremoto, con una herida abierta en la sociedad europea: la tensión con el mundo árabe, la conflictiva integración de inmigrantes, campo de violencia latente en el tejido de la vida cotidiana.
Se nota en el tenso incidente con el ciclista negro; se recuerda con el prolongado noticiario sobre Palestina en armas que emite un televisor al fondo.
[Punto 3, sobre lo enigmático, en el spoiler]
Durante los largos ratos de cámara quieta no sucede nada visible, pero se fragua tensamente una amenaza.
A la triunfante vida del protagonista llegan dibujos sangrientos y videos, cada vez más alusivos a comprometedores episodios de esa vida. Episodios pertenecientes a un pasado oculto, escondido.
El desarrollo del argumento es muy escueto, sin música y con pocas palabras. Los abundantes silencios crean un abismo, a llenar de suposiciones.
La información se dosifica con astucia; los acontecimientos se presentan con cálculo.
Algunos de los acontecimientos consisten en cintas de video, que el espectador conoce directamente e intenta encajar en alguna parte, lanzando hipótesis en busca de un sentido plausible.
Cuando en una escena que ni de lejos parece la del “The End” aparecen los rótulos, una mínima expresión de créditos, pequeñas letras blancas que descienden despacio y anuncian que el final ha llegado, el espectador se vuelca en un vértigo de mil conjeturas, intentando cerrar tantas incógnitas.
Hasta ahí, todo podía ser: apertura e intriga totales. A partir de ahí, comienzan las cábalas nerviosas, especulativas.
2. El relato funde lo individual y lo colectivo al trenzar un pasado personal culpable, sobrevenido como un callado maremoto, con una herida abierta en la sociedad europea: la tensión con el mundo árabe, la conflictiva integración de inmigrantes, campo de violencia latente en el tejido de la vida cotidiana.
Se nota en el tenso incidente con el ciclista negro; se recuerda con el prolongado noticiario sobre Palestina en armas que emite un televisor al fondo.
[Punto 3, sobre lo enigmático, en el spoiler]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
3. Hay un escondite virtual desde el que se observa, quieta y frontalmente, en largos planos, la casa del protagonista. También la cruel escena ocurrida en la infancia.
El escondite, desde el que se graban inquietantes videos de autoría misteriosa, es un punto de vista emboscado e inmóvil, próximo a la posición del espectador, quien se supone en el exterior de la película, viéndola desde fuera.
Haneke no parece de acuerdo con que esa posición sea tan exterior. De hecho, la integra en el film.
La enfoca en la culpa del protagonista y la ceba en sus remordimientos incontrolables.
¿No eres tú, que ves la película, quien está en el escondite?
¿No eres tú quien decide que probablemente el plan lo esté ejecutando el hijo árabe, sirviéndose de Pierrot, el hijo del protagonista?
¿No eres tú quien escoge entre las numerosas posibilidades que caben?
El escondite, desde el que se graban inquietantes videos de autoría misteriosa, es un punto de vista emboscado e inmóvil, próximo a la posición del espectador, quien se supone en el exterior de la película, viéndola desde fuera.
Haneke no parece de acuerdo con que esa posición sea tan exterior. De hecho, la integra en el film.
La enfoca en la culpa del protagonista y la ceba en sus remordimientos incontrolables.
¿No eres tú, que ves la película, quien está en el escondite?
¿No eres tú quien decide que probablemente el plan lo esté ejecutando el hijo árabe, sirviéndose de Pierrot, el hijo del protagonista?
¿No eres tú quien escoge entre las numerosas posibilidades que caben?