Gibson Rickenbacker (con ese nombre solo se puede ser un tipo rudo) es un paisano que va por el holocausto nuclear de la Mega Drive dando sopapos con cara de poker y mirada de los 1000 metros, su dolor por un pasado mágico que nunca llegó a ser es exudado por cada uno de los poros de Van Damme que interpreta a este cruzado en busca del bien definitivo. Él solo quiere ajustarle las tuercas al malo, que es Vincent Klim interpretando al maligno Fender, que mira si sera malo que no tienen ni diez segundos para limpiarle la mierda a las gafas...

En fin, sopapos de la Cannon en uno de sus productos más añejos y entrañables que pinta un futuro donde la peste ha hecho estragos en Estados Unidos (los ha hecho hasta con las señales de las autopistas, ¡ojo!) y una mujer mitad humana mitad muñe... digo cyborg tiene la solución final a todos los males, así que los villanos la quieren para ellos, si hace el bien perfectamente puede hacer el mal. El filme guarda algunos de los momentos mas paupérrimos pero a la vez adorables del cine B de los 80 (la escena de la crucifixión o el pase en las alcantarillas que dan a la playa por ejemplo) con un fornido y joven Van Damme danzando por diversos vertederos mientras es perseguido por una horda de punkís nucleares que solo emiten alaridos cavernícolas (la verdad es que los paisanos estaban bastante fuertes). Cine malo pero con poso simpático que una sarta de obreros de la industria nos dejaron en nombre de la Cannon y que hoy día es recordado con afecto, al menos yo que no puedo resistirme a los "sucios" encantos de esta cinta con un Van Damme lanzado al estrellato del universo action movie y con una lucha final estupenda.

P.D: Impagable el momento en que Van Damme, arco en ristre tiene el final del filme en su mano y decide estrellar su saeta a los pies del malo y comienza a llover, es el momento en el que te das cuenta de que la pelea final solo puede ser algo épico, si Klim no se quitase las gafas ya seria la hostia!!