Es increíble como en un pequeño pueblo medio muerto, haya podido transmitir tanta vida.

Hay un cosa que la gente no comprende. Las relaciones son complicadas, pero el amor (el de verdad, que dicen que existe todavía...) es sencillo.
Tan sencillo como nos muestra esta delicada y preciosa película que llega a la patata del tipo más duro.

Unos paisajes y música preciosos acompañan unas actuaciones y una historia tierna. Con pequeños momentos llenos de sentido o palabras que inundan la pantalla.
No es necesario grandes gestas por amor, ya que nos muestran como la mayor gesta es simplemente amar sin condiciones.

El problema lo tiene con el público más joven. Ellos y ellas no tienen culpa, son hijos de su tiempo, pero en nuestro actual mundo que todo va tan rápido, de todo nos cansamos mas temprano que tarde, puede que esta obra que no es acelerada y llena de gestos vistosos no les guste.

Una joya del cine chino que al terminar de verla solo pensarás en recomendarla a tu gente más cercana.