Y los que opinan de forma negativa sobre esta obra deben ser eso, alimento de gusanos ya que no se entiende de otra forma.
Cuando ves un espectáculo de magia, de mayor o menor nivel, sabes que lo que estás viendo es falso, que hay trampa. ¿Acaso eso le quita mérito?

En esta obra con una clase magistral de estilo nos muestran algo básico. Vamos a joder al ricachón poderoso. Cierto que no tiene un trágico romance, un niño tullido al que salvar o una joven desvalida que termina en la prostitución. Pero no nos engañemos, en el fondo y no tan en el fondo, nuestros instintos primarios es lo que buscan. Eres un cabrón poderoso y desagradable, mereces sufrir.

El papel le va como un guante a Douglas, tanto como a sus acompañantes. Tiene un ritmo que te mantiene pegado a la acción sin saber hacia donde se dirige el siguiente paso. Y con un final soberbio.
No tiene un excelente por dos cosas:
-Una cosa es putear y otra es ser sádico, y en algunas ocasiones, pocas, pasan a lo segundo.
-Yo creo en el embaucador Fincher, pero algunos de sus "trucos", pocos, no les encuentra uno el sentido.