Genera agrado ver que no intenta hacer una biografía exhaustiva de su vida y que con la idea de su directora y su bagaje conjunto crea una línea argumental de complicidad, añadiendo voces e intuiciones. El guion intenta acercar al espectador a todas sus facetas y sobre todo dibuja, desde la objetividad de la distancia y de los comportamientos vividos, pinceladas finas sobre actitudes y aptitudes. Llamativo es que, a pesar de la cuarentena normal, asistimos a visiones sesgadas pero implicadas de su faceta más íntima. Lo coral añade información. La selección de esas voces suma intención. La narración de su directora, copartícipe y línea temporal del documental, es fresca y crea ritmo. Implica al espectador y genera empatía al crear la sensación de proximidad el conocer la información en el mismo momento.