Todos somos principiantes en la vida, en el amor, en los sentimientos, en el trabajo, en la paternidad, en el cariño, en las relaciones... Maravillosa película de sentimientos que nos enseña que lo que somos es fruto de lo que nos dieron, lo que nos enseñaron y lo que nos regalaron. McGregor encarna a la perfección el sentimiento contenido, Plummer interpreta desgarradoramente la liberación tardía de uno mismo, lo que hace que el tercer personaje, Laurent, cierre una tríada perfecta de perfiles poliédricos, complejos y llenos de matices que nos van dando, minuto a minuto un poquito más para querer llegar al fondo... de su corazón y de la historia.

Recomendable para abrir nuestras mentes y nuestro corazón.