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Voto de Sammy Jankis:
6
Comedia. Drama Philippe, un aristócrata millonario que se ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente, contrata como cuidador a domicilio a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque, a primera vista, no parece la persona más indicada, los dos acaban logrando que convivan Vivaldi y Earth Wind and Fire, la elocuencia y la hilaridad, los trajes de etiqueta y el chándal. Dos mundos enfrentados que, poco ... [+]
26 de marzo de 2012
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin llegó a España la comedia del año. Más de 18 millones de espectadores en Francia. Alabada por público y crítica. Y encima ¡francesa!, para presumir de cultureta con los amigos diciendo que vas al cine a ver una película francesa. ¡Si es que lo tiene todo!... ¿De verdad?
Lo cierto es que cualquier persona que vaya a ver Intocable, si se ha informado antes, irá con unas expectativas altas: “Una comedia que reconcilia lo irreconciliable”, “Magnífica, hilarante, humanista, inteligente y fresca”, “Brillante guión”, “Rodada primorosamente”… son algunas de las múltiples alabanzas que ha recibido el filme fuera y dentro de Francia. Alabanzas que parecen demasiado generosas a la salida del cine.
La película, desde luego, es divertida. Basada en una historia real, narra la relación entre Philippe, un aristócrata tetrapléjico, y Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel al que contrata como cuidador. Tanto François Cluzet como (el sorprendente) Omar Sy lo bordan. Derrochan química en pantalla representando a la perfección la atracción de los polos opuestos y forman un dúo tan gamberro como simpático que le sacará más de una carcajada. A ritmo de Vivaldi y Earth Wind and Fire, y entre trajes de etiqueta y chándal, transcurre una agradable y ligera comedia que le hará pasar un buen rato, pero que dudo mucho que recuerde de aquí a un par de años.
Es curioso, porque la mejor arma de la película coincide con su principal punto débil: el guión. Olivier Nakache y Eric Toledano nos muestran todo su ingenio con una colección de gags desternillantes y unos diálogos muy ágiles, durante dos horas en las que se respira ¿demasiada? positividad. Y es que en el filme francés, parece que todo va bien. No ocurre nada malo. Los puntos de giro son demasiado débiles. No hay desarrollo. No hay anti-trama. La película se puede resumir en: negro empieza a trabajar con minusválido, negro y minusválido se lo pasan muy bien, negro deja de trabajar con minusválido, minusválido conoce chica.
Estamos, pues, ante una película ligera y agradable, que deja sonrisa pero no deja poso y cuyo estrepitoso éxito de taquilla es comprensible si tenemos en cuenta que uno de los principales (y más loables) objetivos del cine no es otro que el de entretener y hacernos olvidar nuestros problemas (que bastantes tenemos). Sin duda, ver el filme es una buena alternativa a un domingo sin nada que hacer, pero no esperen encontrar en Olivier Nakache y Eric Toledano los nuevos Billy Wilder y Woody Allen.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sammy Jankis
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