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Voto de mikinervio:
8
Drama Kym (Anne Hathaway) es una ex-modelo que regresa a su casa para asistir a la boda de su hermana Rachel (Rosemarie DeWitt). A pesar de su juventud, Kym tiene un largo historial de crisis personales, conflictos familiares y largas estancias en clínicas de rehabilitación. La boda de Rachel parece la ocasión perfecta para limar asperezas con sus padres y el resto de la familia. Sin embargo, lo que prometía ser un fin de semana festivo acaba ... [+]
8 de abril de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Densa, compleja, plagada de cargas de profundidad, filmada como si fuese un libro y no cine, la cámara radiografía el alma de unos personajes interpretados de manera exquisita, perfora su coraza superficial y nos enseña el color interior en plenitud, desnudo, con la rabia carente de pudor.
No estoy de acuerdo con los especialistas, éste es un Jonathan Demme en plena forma, ante una obra muy madura que es básicamente un drama pero tambien es comedia y por supuesto documento. Un documento coral sobre la condición humana, en el que a diferencia del cine francés en general, que suele jugar a exhibir problemática burguesa de la que no participo, pues me parece banal y distante, aquí entro al trapo, a pesar de que me están hablando de unos seres alejados de mi forma de vida, individuos que me importarían un bledo en su mayor parte y sin embargo Demme me engancha, atrapa mi atención y veo cercanas y plenamente factibles, situaciones y momentos que de otra manera me parecerían ridículos, estúpidos y sin interés. Además, Anne Hathaway constituye un hilo conductor fantástico, ella nos lleva y nos saca de la película. Con un personaje oscuro, difícil, intenso.

Sin embargo la película no quiere caer en el tópico de mostrar los sucesos desde la simple óptica de un personaje, la lente que utiliza no diría yo que sea neutral, pero sí que está ligeramente elevada y sabe perfectamente a donde tiene que ir cada movimiento de cámara, cada primer plano. Es plenamente consciente de lo que muestra y cómo lo muestra.

Jonathan Demme nos habla de sí mismo de manera indirecta con esta obra. Nos cuenta su dureza analítica, su deseo y búsqueda inapelable del sinsentido humano, nos habla del encanto que tiene el ridículo, pero despues de todo, tras habernos enseñado la crudeza interior que llevamos con nosotros, vuelve a señalar al corazón como punto final. Sí, puede que sea blando, o que esperásemos otro desencadenamieto de la historia, mas yo veo ternura, veo esperanza y veo ganas de seguir adelante, que, en definitiva, es la gran clave.
mikinervio
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