Floja por no ponerle Mala. No es más que un subproducto para rellenar los canales de TV.
Lo mejor posiblemente sea la producción ya que así la película parece otra cosa. Actúa como un buen envoltorio para una caja que no contiene nada.
La dirección hizo lo que buenamente pudo y se dedicó, con cierta lentitud y de forma muy tramposa, a darnos un susto tras otro. ¡Pum! susto, más ¡Pum!, más susto. Aunque más que sustos son sobresaltos, cambios súbitos de planos, acompañados de ruidos estruendosos tipo ¡Tacham!
La historia no hay por donde cogerla. Mala de solemnidad y además no se han preocupado lo más mínimo por desarrollarla con algo de inteligencia. Para tontos y tontas; que ahora se escribe así.
Los actores normalitos y corrientes en sus papeles superficiales y típicos. No se les pìde otra cosa. Probablemente el único interés que tuvieron fue cobrar cuanto antes y salir corriendo para olvidar.