Creo que esta no es una "serie de abogados". ¿Intriga? ¡Por supuesto! ¿Thriller psicológico?¿Drama?¿Filosofía y moral?...Todo.
¡Qué bien construida la trama y qué grandísimo acierto con la estructura en flash-foward! Pocas series y películas han acertado tanto en la combinación de contenido y forma.
Ya los créditos auguran calidad y originalidad a borbotones: atención al avance de las tomas rápidas en las que se intercalan esculturas sobre la ley, la divinidad, la muerte...las luces y las sombras de la justicia, para terminar con un plano nocturno de la ciudad casi fantasmagórico.
Luego la primera escena: planos de Nueva York, con sus calles humeantes; de fondo se escucha una orquesta que nos marca el ritmo para acercarnos hasta las puertas de un edificio, a las de un ascensor, y se abren, y aparece una mujer ensangrentada... Pues así hasta el final de la primera temporada. ¡Qué tensión! Y el primer capítulo de la segunda no se queda atrás, ¡qué maestría!
Los diálogos no tienen desperdicio: incluso para los que no tenemos mucho "oído inglés", es muy recomendable poder verla en versión original, ya que la actuación de las protagonistas (Glenn Close y Rose Byrne) no tiene precio: han conseguido interpretar unos papeles redondos, de forma que se puede ver la evolución de los personajes según se va desenvolviendo la historia, sin que éstos pierdan la esencia de su personalidad; vamos, como la vida misma.
El vestuario, los peinados, ¡qué clase! ríete de Sexo en Nueva York.
Y termino como empiezo: no es una serie de abogados. Creo que "No confíes en nadie" y "El fin justifica los medios", son dos sentencias que resumen el tema.