Un divorciado (Dermot Mulroney), joven de edad mediana padece una enfermedad terminal y le dan dos años de vida. Empieza a asistir a unos cursos sobre la muerte y el morir en la Universidad y allí conoce a una bonita mujer (Amanda Peet) que es consejera académica de la Universidad, y también enferma de cáncer. Se enamora de ella y deciden vivir el tiempo que les queda de vida haciendo cuanto no han hecho antes y exprimiendo cada momento al máximo.

Se trata de es una remake de la original del mismo nombre de 1976, realizada para TV y en la que actuaban Peter Falk y Jill Clayburgh. Hecha esta salvedad, la película es un gran drama romántico. Lo de grande lo digo por lo fuertes y duros tintes emocionales que la misma desprende. Es una cinta correctamente dirigida por Ed Stone e igualmente interpretada con profesionalidad por un hierático Mulroney y una guapa Peet que hacen muy bien de enamorados terminales.

A mí la peli me enganchó hasta el final y la historia, para mi sensibilidad, me pareció “linda”. Pero he de admitir que se trata de una peli con un guión del propio Stone plano, mediocre, predecible en todo momento y en algún pasaje un tanto sensiblero y lacrimógeno; incluso recuerda a la mítica y lacrimógena “Love Story”. De manera que como film no pasará a la historia. De hecho, he observado que hay pocos comentarios a este romance dramático en esta Web, lo cual que voy a colaborar, para ampliar el repertorio de opiniones.

Se me ocurre decir que no está mal verla, más que nada para entender que la vida es un soplo, más hoy en que a los 66 años, joven para estos tiempos, ha fallecido nuestro insigne guitarrista Paco de Lucía. Sirve, pues, para reflexionar sobre cómo vivir la vida. Y por supuesto, mejor vivrla con amor que de cualquier otra manera.

En resolución: este drama romántico o romance drama se puede ver. Los protagonistas me han gustado a pesar de sus limitaciones, el guioncillo también, a pesar de su talla simple, y la peli en general me ha parecido apropiada.

Amigo, si ve que la ponen en TV y quiere darse un bañito de sentimiento y una pizca de sensiblería, no se la pierda. Peor es ver vampiros espantosos, coches destrozados, sangre que salpica o metralla que sale de la pantalla.