Esta es una película que no esconde en ningún momento una crítica ácida al ‘estilo de vida americano’ encarnado en un Sr. Lester Burnham (Kevin Spacey), un mediana edad en período crítico, harto de su tedioso trabajo y de su Sra., Carolyn (Annette Bening). Y todo el cansancio y el hastío que acarrea parece volatilizarse cuando conoce a la bonita amiga (Mena Suvari) de su ‘hijita adorada’ (Thora Birch). El Sr. Burnham no puede dejar pasar la ocasión de impresionar a la atractiva joven; quién sabe… tal vez...

Sam Mendes dirige mejor que bien esta cinta que tiene un gran guión ácido hasta la médula y crítico hasta el corazón, de la sociedad USA de final del siglo pasado, muy similar a la actual. Los personajes están perfectamente dibujados como representantes de aquella época que es esta también, con soportes morales quebradizos, relaciones sociales epidérmicas, banalidad a raudales, convencionalismos sociales y cómo, el Sr. Burmham, cambia para sorpresa de los demás adláteres. Mendes y Ball hacen una creación muy inteligente y entretenida que aunque lance sosa cáustica a los ojos del espectador, no dirige la trama, no dicta soluciones de forma expeditiva, se aviene a exponer las consecuencias de esa bella burbuja que no es sino un globo vacío de contenido.

Gran puesta en escena y un reparto es excelente donde brilla con luz propia el malogrado Kevin Spacey con un trabajo sobresaliente; también están estupendas Annette Bening, y las jóvenes Thora Birch y Mena Suvari.

La película del británico director teatral Sam Mendes, ópera prima, tan llena de giros y extremos sin fin, tan alocadamente satírica como penosa en el fondo es una cinta que, empero, entretiene y te mantiene atento los 122 minutos de metraje.