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España España · Granada
Voto de Kikivall:
10
Comedia Época de la Ley Seca (1920-1933). Joe y Jerry son dos músicos del montón que se ven obligados a huir después de ser testigos de un ajuste de cuentas entre dos bandas rivales. Como no encuentran trabajo y la mafia los persigue, deciden vestirse de mujeres y tocar en una orquesta femenina. Joe (Curtis) para conquistar a Sugar Kane (Monroe), la cantante del grupo, finge ser un magnate impotente; mientras tanto, Jerry (Lemmon) es cortejado ... [+]
12 de noviembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se sitúa en 1929, época en la que en EE.UU. se dictó la llamada Ley Seca (1920-1933) y los licores estaban prohibidos. Pues bien, en ese contexto, dos músicos de tres al cuarto, Joe y Jerry se ven obligados a poner pies en polvorosa por haber presenciado un ajuste de cuentas entre gángsteres dedicados al tráfico de güisqui. Se encuentran en una situación desesperada: sin trabajo y perseguidos por los mafiosos. Entonces deciden hacerse pasar por mujeres y tocar en una orquesta femenina donde participa también Sugar Kane como cantante. Para seducir a a Sugar Kane, Joe finge ser un ricachón con yate y todo, mientras Jerry es cortejado por un millonario mayorcete que a toda costa quiere casarse con él. Pues bien, esta historia, así contada, si la hubiera realizado no sé quién, habría sido un churro, una boutade, un mamarracho. Pero hete aquí el notición: La dirige Billy Wilder, Joe es interpretado por Tony Curtis, Jerry es Jack Lemmon y Sugar es Marilyn Monroe. Señoras, señores ¿cómo puede salir mal la cosa? ¡¡Imposible!!

Se trata de una de las comedias más archiconocidas del cine de siempre, una joya: la brillantez del guión del propio Wilder, las interpretaciones como siempre geniales de Curtis y Lemmon, la curvilínea, maravillosa e indescriptiblemente sembrada Marilyn, en fin, toda una maravilla, un encanto del film que tiene todos los ingredientes para pasarlo bien: calidad, humor in crescendo, surrealismo, pasajes insólitos (recordemos el tren) y la conocidísima escena final en la que Lemmon le dice a su pretendiente que “es un hombre” a lo que el millonetis responde sin cejar en su empeño de casarse con él/ella: “todos tenemos algún defecto”.

En resolución: Quien no la haya visto, tiene una seria deficiencia en su cultura cinematográfica: ¡véala!
Kikivall
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